Es fácil soñar contigo
y plantarte sobre la altura de mi pecho.
Rastrojos poblados de vértigo
son las esperanzas que cosecho.
El trigo, el amor y sus detalles
me nacen con un suspiro arado
rociado por un rocío enamorado
que arrastra el viento sobre los valles.
Y es tu boca un retoño
es tu sonrisa un murmullo
de hojas marchitas el arrullo,
son besos acabados en otoño.
Como una historia y un huerto
sembramos recuerdos eternos
de aquel pasado que ha muerto,
muerto de fríos inviernos
Nos sobran los amores de jardines
en la sombra que desenterramos
con los pétalos que hacían vaivenes
en tu boca colmada de ramos
de rosas rojas y cardos
crecidos en campos de estíos
cortados con hachas y bríos
de voces, rumores prohibidos.