micaela fernandez

Nada sucede por azar

Y te apareciste Vos en mi vida,

Era necesario cerrar esta historia de dolor,

Porque siempre fue doloroso cargar con esta culpa.

Tus ojitos amigables mirándome con mucha ternura

Y tu voz hablándome de Dios, invitándome a escuchar su palabra.

¿ Por que te apareciste en mi vida?,

¿Acaso te mandó Dios para que cierre esta historia?

Tienes 80 años y andas predicando la palabra de Dios,

Tu nombre es Laura y te has puesto a charlar conmigo,

Y de una de esas charlas quedé sin habla,

Casi no podía creer lo que escuchaba,

Tus palabras me golpearon otra vez,

Casi no pude reaccionar,

Solo me pregunté por que sucedía esto, y

Entonces entendí que debía cerrar para siempre esta historia.

No tengo el valor para contártelo,

Aunque me hayas hablado de la misericordia de Dios y el perdón,

Y hasta de la resurrección de los muertos,

Pero no sé si voy a poder decírtelo.

Todo tuvo sentido cuando me dijiste unas palabras y

Entendí,

 aunque ya me lo habían hecho saber,

 que no fui la responsable de todo lo que sucedió.

Hay que vivir y eso hago, eso intento,

Tratando de poner colores rosas a donde hay grises,

Tratando de ver el sol aún cuando el cielo esté nublado,

Sé que nada sucede por azar y no es casualidad

Que te acerques a mi y me hables de la forma en que lo has hecho,

Sé que hay alguien que quería que escuche lo que me dijiste,

Gracias por aparecerte en mi vida

¡Hoy creo más en Dios!