Ansioso llego hasta tu frontera
hoy es de nuevo el juicio final,
de cuatro en cuatro las escaleras
salto, rugido, hasta tu portal.
Mi abogadita de ausentes pobres,
mi paladina de la humedad;
mi tempestad de lujuria sobre
las nubes grises de esta ciudad
De aquella noche que soñé en vilo,
hipnotizado en tu luz lunar,
recurro amparo a Venus de Milo
porque se expida con \"no innovar\".
Si te perdiera y te recordase,
o te tuviera (sería un placer),
Cupido es sabio, con 5 ases
no me da chances para perder.
En la carátula de tu mente
busqué otros nombres y falto yo,
tal vez un genio, a ese expediente,
cruel humorada, lo embotelló.
Dulce condena si te reencuentro,
miel el cerrojo de tu prisión.
Absurda ley que rige por dentro:
la del código del corazón.