rosamaritza

NOTAS DE VIDAS (raìces humanas V)

 

Sentado en un pequeño jardín elaborado por Rosa,

Octavio pensaba que serìa de su vida, viviendo en la ciudad,

obedeciendo el ùltimo deseo de su santa madre,

quien le llamo y le dijo: - \"has de cuidar de tu hermana, y ella de ti\"

convirtìendose ambos en dos seres solitarios, dedicando su vida,

a labores sociales, para ayudar a todo aquel, que lo pudiera necesitar,

mas de una vez pensò, ingresar a la orden de una fè religiosa.

Su vida dío un giro al conocer a Rosa, y enamorarse de ella,

sin embargo jamàs fue capaz de enfrentar a su hermana,

dejando escapar asì, la oportunidad de vivir en familia con su adorada Rosa,

y sus dos hijas, quienes se criaban separadas, ya que Alfonsina, (su hermana)

al saber de la existencia de las morochas, decidiò aceptar a solo una de ellas.

Rosa le saca de sus pensamientos, al traerle una taza de tè bien caliente,

y a la vez le comenta, - que ràpido pasò el tiempo, ya las niñas cumplìran

15 años, Esperanza solo quiere ir a la ciudad a estudiar, espero que hables

con tu hermana, a ver si es posible que le cubran los gastos de estudios,

Melisa fue quien le enseño a escribir y a leer, mientras pasaban sus vacaciones

en la casa del pueblo, yo me preguntaba, hasta cuando tu y yo,

vivirìamos la ausencia, al no poder compartir nuestro mundo de amor.

El olor a tierra mojada, y un ligero rocío, anuncio un gran aguacero,

que de inmediato cayo, mientras las niñas llegaban corriendo y riendo.

Esperanza dice: - papà, mamà, Melisa y yo hemos hablado,

Melisa interrumpe: - papà he decidido hablar con mi tía Alfonsina,

para que ayuden a mi hermana, ella quiere estudiar en la ciudad.

Rosa contesta: ya hable con su padre respecto a eso, ahora

a cambiarse o pescaràn un resfriado.

Octavio en silencio, incapaz de pronunciar una sola palabra,

entra en el rancho y observa a las niñas sentadas en la mesa,

mientras Melisa le contaba a su hermana, que su tìa preparaba un gran

banquete, a celebrar en la gran casa de la ciudad, y por lo que parece

se debe a la celebración de sus 15 años, de inmediato al ver su padre

le dice: - padre querido, has de hablar con la tìa,

para que Esperanza y yo apaguemos las velas del gran pastel.

 

y la vida continua...