73.
EL ÁRBOL DE PROBLEMAS
El carpintero que había contratado para que me ayudará a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo.
Su cortadora eléctrica se daño y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.
Mientras yo lo llevaba hasta su casa, se sentó en silencio por unos minutos. Se veía cansado y preocupado. Cuando llegamos, me invitó a conocer a toda su familia.
Mientras nos dirigíamos a la puerta de su casa, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol y tocó con cariño las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, el rostro de aquel hombre se transformó: sonrió, abrazo a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa.
Luego me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunte por lo que lo había hecho un rato antes.
- \"Oh, ese es mi árbol de problemas\"-. Contestó.
Al verme sorprendido me explicó:
- \"Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa ni a mis hijos- Hizo una pausa y continúo- Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llegó a la casa. Luego, a la mañana siguiente, los recojo otra vez. Lo bueno es que cuando salgo por la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior\"-. Dijo finalmente.