Dulzura prohibida que nunca mis labios besaron,
ansia escondida entre una estrella y tu mirada
tan lejos de aquí. Ya no vuelvas jamás!
mi corazón es una tumba infinita de
expiación y culpa. Y sólo a veces \"vivo\".
¡Estoy muerto! aunque a veces; cuando \"vivo\"
se rebela herido mi corazón
y te pienso aunque no quiera, y te amo;
tú, fragata perdida; a dónde iré a buscarte?
¡no vuelvas, ten compasión!
¡Nunca más diré tu nombre!
criatura imposible, mujer esculpida en arte;
por qué escondite tus labios al final de otro sol
entropía de amor; tal vez no supe amarte,
ni tarde besaré tu cosmos...
¡Jamás...
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David John Morales Arriola