Caminando por las calles de la ciudad,
sin rumbo o destino alguno.
Cargando con el peso del pasado
y viviendo en fantasías y sueños.
Allí estabas,
sentado agonizando en una esquina
oscura y desolada.
Tu mirada perdida,
logró encontrar rumbo con la mía
y con una dulce sonrisa
llena de malicia,
te fuiste acercando
y desde lejos logré sentir tu lujuria.
La respondí con una mirada avergonzada,
acompañada de una placentera sensación extraña.
Mientras sentías mi cuerpo,
mis manos temblaban con locura
y comencé a sentir lujuria.
Nuestros labios se encontraron,
ambos llenos de pasión,
en medio de caricias y tiernas sonrisas.
Volteé la mirada por un segundo
y al voltear de nuevo,
ya te habías ido.
Sólo fui alguien más
de la que te lograste saciar,
mientras fuiste tú
quien puso mi corazón a andar