El tiempo que me espera yo lo estiro
como estira su cuerpo la serpiente,
el aire que se airea inconsistente
o cambia de lugar cuando respiro.
El tiempo es esa cosa que la gente
no tiene en consideración, un mito,
que se extingue ya al empezar de un grito,
la gota que le arrastra la corriente.
El tiempo siempre va pero no viene,
se introduce y se sale de un resquicio,
se tira sin caer a un precipicio
y aunque alguien lo intentara no detiene.
Reflejo del espejo en que me miro
en el que yo aparezco como ausente
el alma no se ve pero se siente
y la sombra se va cuando me giro.
¡Ay de mi, si supiera qué es el tiempo!
lo pondría cerquita aquí a mi vera,
para evitar morir un día cualquiera
o que al azar se lo llevara el viento.
Un pedestal le haría con su auspicio,
anclado por su base en mi consciente
que fuera y que viniera intermitente
y que pudiera venerar, mi vicio.
©donaciano bueno