Se alargó la esperanza
impostergable
y muda, a veces solariega,
indolente y ciega
que no piensa en nacer.
La muerte es natural
y no le debemos temer.
La belleza es pasajera
e igual que la muerte
son embusteras,
que nos a solapa el instante
ese que pudiera ser utilizado
en la más maravillosa
de las entregas.
La piel se sumerge a los caprichos
y le nombro parte de ella.
Eres tempestad jugando
y aullando los sueños infantiles,
llenando mis caprichos
para salir contigo en pleno verano
y mirar cómo sudan mis manos
al emprender un largo viaje.
Llevemos por equipajes
las ganas escondidas
y de traje,
a la luna sobre mis senos
bañados de tiernas mordidas
sin que sea obsceno,
que los rocen tus augurios
al más leve castigo.
¡Voy a sentir contigo!
Y haremos con los anhelos
un insuperable trío.
No puedo olvidarte amor mío…
la noche oscura nos ha regalado
su majestuosidad
y sólo sé amarte,
prometo amarte mucho más.