Adiós…
Aún seguimos esperando la primavera,
El brote de aquellas hojas nuevas
Sobre la copa de los árboles moribundos
Aún esperando festejar el día que nos unimos…
Cuando los planetas conspiraron
Por única vez en la inmensa llanura de tus ojos,
Cuando en abrumadora carrera por la vida
Me arrebataste todos los besos que tenía…
Llovía a cantaros por adentro y por afuera,
Un rio desbordaba de tanto miedo…
Y aún las preguntas enterradas por el suelo,
Cuando el silencio apoderándose de todo tu cuerpo
Pudo maniatar tus manos de seda sobre el teclado,
Hasta lleno de vendas la mirada aquella…
Que un día supo cautivar al corazón,
Y sin emitir palabra se lleno de un inesperado adiós…
Las lluvias intermitentes siguen denigrándose por dentro
Los vacíos inesperados suman a diario la incomprensión
Aquella vieja amiga que en los tiempos remotos
Se codeaba a mi lado, mirando mis desgracias diarias…
El silencio sigue siendo el dueño absoluto de este desierto
Que suma a cada segundo agonías perdidas en el tiempo
Y cuando el sol parece asomarse por la rivera
No hay palabra alguna que pudiera… curar este mal.
Las palabras llegan todas al mismo camino…
El corazón tan enterrado y vació
Que ni en un millón de versos de amor,
Podría colmar los espacios perdidos sin razón
Las caricias olvidadas en la primera estación
Y esos besos que hoy han quedado allá lejos en el olvido
Mueren a diario en el umbral de mis recuerdos
Cuando la vida pide a gritos que la dejen partir…
Y así cuando en la nada misma yo seguía tus pasos
Recordando las líneas románticas que te he regalado…
Tratando de no abandonar todo lo que siento
Porque aún y mas allá del tiempo
Que nos separa hoy nuestras almas
Nunca has pronunciado aquella maldita palabra
Que tanto atormenta en todo mi corazón
Aún no he escuchado de tu boca el… adiós.
Christian A. C. Vázquez