La vida me acarició
al regalarme tu amor
mis grises inviernos
en primaveras convertiste.
Mi anhelado sentimiento
con tu instinto de mujer
sin temor lo arrullaste
en tu entraña del querer.
Mil caricias me enseñaste
de todas ellas, una me estremece
cuando tu mano de terciopelo
se apoya en tu bendito vientre,
esa caricia a cada instante
esa ternura palpable
abrazando casi, los nueve meses
donde en tu seno late
el fruto de nuestro amor.
¡Bendito sea el fruto...
bendita sea nuestra pasión!
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick (Argentina)
Derechos reservados del autor (*)
Blog \"Mis Pensamientos\" 25-09-2015
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(Fotografía y video tomados de la web)