Jorge Aimar Francese Hardaick

ENTRE AVES Y SUEÑOS

Tu silencio tiene

blanduras de pétalos

mojados por el roce

de tu blanca piel,

tus caricias son melodías

en mis sentimientos

maduros, albergados

en mi noble corazón.

 

En un sueño ya presente

te veo sumisa y cobijada,

bajo las alas sangrientas

de un mayestático flamenco.

 

En el trinar de un ruiseñor

se divide el día en dos

con el filo de su canto,

mas tú permaneces allí

donde el horizonte se desgarra

entre cielos y cardales.

 

El secreto de tu belleza

está ceñido y latente

en el centro de una roja rosa

la que en mi sueño, no alcanzo,

se esfuma en un mañana

allá en lontananza,

con el sonido de un cencerro

agitando los dedos melódicos,

mientras el sol desangra

entre soledades y silencios

en apacible lozanía de un ocaso.

 

Ven a mí... bella amada,

que mi sueño en porfía...

como agua cristalina

de mis manos desvanece.