La trajo la niebla
Un día de invierno,
Y de entre la bruma
Se la vio aparecer,
Con su boina rosa
y de mirada buena,
Fue verla y quedarse
Prendido…a ese ser.
De que mundo extraño
Surgió esa belleza,
Que dejó a su paso
Un tendal de amor,
Es cual jugarreta
Que tejió el destino,
Y el gris de ese pueblo
Cambió…de color.
Nadie entre la gente
Sabía de ella,
Tal vez era un ángel
Cansada de volar,
Fue uno de tantos
Misterios que suceden,
Todo era alegría
Al verla…pasar.
Más una mañana
De raro presagio,
Se vistió de luto
Y llovió sin cesar,
Se veían rostros
Por demás angustiados,
Y una pena inmensa
Se hizo…notar.
Ya nunca más nadie
Vio a la pasajera,
Que así como vino
También se voló.
Dejando una estela
De tristes recuerdos,
Sería por eso
Que hasta el cielo…lloró.
Llevaré en mis ojos
Su pálida figura,
Princesa de un sueño
Que vino y partió,
Tal vez escapada
De alguna novela,
O fue una fábula
Que el pueblo…inventó.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)