“…así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma, en lugar
de esperar a que alguien le traiga flores”.
JORGE LUIS BORGES
Me quedo con mis versos y no con mis recelos,
acallo por completo la voz que me domina,
la voz de mis quimeras, la voz que me lastima...
¡Me quedo con mis sueños y no con mis desvelos!
Destierro de mis labios la voz de mis consuelos,
la voz que justifica, la voz que legitima
poemas del pasado, los versos y la rima,
que todos en conjunto casi fueron libelos.
¡Qué bello si volvemos al bien que letifica!
Al bien que nos libera de ruines amarguras,
al beso que nos ama, nos salva, nos rubrica
contratos que, genuinos, no cobran las facturas,
más bien nos recompensan con lo que gratifican:
mi vida, mi familia; los versos, la lectura.