Aun desfallecido amigo, aun atosiga
asi como pinchazo de abeja que aun
muerta rencor recibe.
Sin embargo calor estancado avanza
por mi frente aun cuando empedrada
lapida enfrente veo;
Nervios y un nudo en el torso que
llorar no puedo, no puedo,
solo no quiero.
Y una frívola brisa aun abrumadora que
se vuelve lúgubre y adolorida, fría y con
espinas que recorre y acaricia mi afligida
nariz por sus dolientes frios claustros hasta las
entrañas de mi alma.
-Jesus alberto Vaquez