Quién me manda a meterme en este brete
de querer mezclar verdad y elegancia,
de fraguar con briznitas de jactancia,
para estar a tu altura, un taburete?
El manquito que hace malabares
la va de inteligente y de bohemio,
no \"vende\" diplomático ni abstemio
ni experto en relaciones consulares.
Si, ésto aún no ornamenta la basura,
notarás que perdí la compostura,
que ripié en la frontera del respeto...
Mierda, Houston! Tenemos un dilema:
arriesgar la amistad en un poema,
conservar resignado el bien concreto.