No vuelvas
no resignes los ojos a los míos
estoy aprendiendo a vivir solo
con mi sombra en la cama
y el espejo del baño
como amante.
Todo a vuelto como el rio
cauce que fluye lentamente
pero fluye.
No vuelvas
no vale la pena desterrarse
de esta tranquila soledad que me domina
de esta eterna mañana que me cobija
es mejor así, distancia, tras distancia.