Aquí os dejo mis versos doloridos
desnudos con sus lágrimas y llantos,
los sueños que al azar vagan perdidos
aquellos que aun suspiran aturdidos
y hasta los desencantos.
Y os dejo aquí, los muchos que al olvido,
-para la iglesia nunca fueron santos-,
sin derecho a nacer, sin un respiro,
o en acto de crear ya consumido
en hechos sacrosantos.
Los que nunca han de llegar a los oídos
porque el desprecio se cebó en sus artes
que aseando quedaron deslucidos
por sus propias miserias escocidos
de mierda sus baluartes.
Deformes, ni apañados, ni lustrosos,
por mente humana indigna concebidos
¡qué he de decir de vos, zarrapastrosos,
como todos los míos, horrorosos
de inicio mal paridos!.
©donaciano bueno.