Alexander Vortice

EMÉTICO

Mátame tan despacio

como “no” he muerto.

 

En silencio

surgen de tu boca seres sibilinos

y eméticos.

No hay honorabilidades en mi cabeza

y no existen medidas en mis dedos.

El cambio -al final-

fue salivar un gozo cáustico

y bailar locamente

frente a los aranceles calcinados

del infierno.

 

Las reglas del juego siempre son acentuadas

por personas que jamás besaron

un padecimiento común.

 

Sé que suena sucio e irracional,

pero la razón habita tras un duro fracaso,

al lado de un fanatismo colmado de fuego.

 

Mátame tan despacio como ya he muerto.

 

Mi cadáver carcajea y derrocha calcio

ahora que observa tus vanas tentativas

de vida, de muerte…