En el pequeño restaurante, Aurora se desahogo,
hablando con su amiga Elvìra, de momentos difìciles que atravesaba en la vida.
Elvìra la escucha atentamente, y le dice:
- solo tu sabes, como y cuando has de superarlo, es cuestiòn de tiempo amiga,
la vida es un cùmulo de experiencias, que cada quien debe vivir. Sin embargo,
ojalà y no dejes pasar muchos años, la vida es como un suspiro, profundo e
imperceptible a la vez.
- Amiga, se que pronto he de salir de esto, y del recuerdo de aquel dìa,
en el que, con un beso, le entregue toda una vida, y al saber que se alejaba,
sentì que un vacìo en el alma, me dejaba. Son etapas de la vida que cada
quièn ha de superar.
- Y dime,¿ que haràs este fin de semana?, tengo una idea, vamos de paseo
a la montaña, y todos tomaremos un baño en la cascada, que ahora debe
estar helada.
- Gracias amiga, por ser como eres, nos iremos temprano, para disfrutar
todo el dìa.
Al regresar a la oficina, en la tarde, en el escritorio de Aurora,
un hermoso ramo de rosas rojas, adornan la estancia,
- Elvìra, ven a ver esto,
- amiga ¿y quien es este galàn?, veamos la tarjeta a ver de quièn se trata,
- por lo que puedo leer, deja en el misterio su identidad.
- Bien amiga, vamos a trabajar, y espero que pronto se deje ver tu galàn.
En ese preciso momento, entra a la oficina de Aurora, Juan Carlos,
y sin llamar su atención aquel ramo, le dice a las dos,
- necesito hoy el listado del reporte, de tarjetas de crèdito,
a ver si dejan la tertulia y vamos a trabajar, Aurora por cierto,
tu lapìz labial es del color de las rosas.
y la vida continua...