Para el amor de mi última vida: Jocabeth Patlan]
...
[Hay vidas que no son propias de sus carnes]
sino que, pertenecen a un beso
al tacto
[a tocar la lira de sus cabellos desordenados,
transgredir el alma a tropezones galácticos,
como un látigo sanguíneo adentrarse al pecho,
acumulando sentimientos más allá del universo,
como una luz que no se permutá
sino que, se fabricá desde su sonrisa -donde se creó el tiempo
canjeando el ciclo-
con esa espiral, de [ésos] recuerdos buenos y [viejos]
...]
Aquí dónde la recuerdo [ahora]
cómo sí se [me] hubiera ido para siempre,
estando ella detrás de un tren [donde los sueños
se aferran a viajes
por la proyección de sus pestañas largas:
antena de mis viajes oníricos, aquí donde me pierdo
y donde te buscó, para calmar mi alma intranquila y nerviosa]
donde eres siempre, donde estás siempre,
donde me siento bien, donde escucho a los ángeles
crujir el cielo, y no es la lluvia,
sino que
es el arte por la noción del mosaico desmembrarse
cayendo los latidos del firmamento...,
como un pulso férreo
en mi tierra saturadas de contracciones de fuego...,
y donde alguna vez tú, viviste la pasión, catarsis del miedo,
cuando lo lejos se hizo cerca
cuando tu corazón se hizo epopeya
¿Lo recuerdas?
cuando el tiempo no fue más que una mera interpretación de los muertos que jamás nacieron,
y ésos relojes, frutos de los sueños de una locura contenida en una cápsula del art[e]nfermedad,
donde siempre caigo,
cuando entierro mis labios con la definición del amor
fusilando la piel que prontamente se amarra a la estática
que exhala tu carne y en una anti-gravedad, el verbo
sacudiendo de espamos mi sentimiento canicular...,
donde el infierno no es más que una guarida enfrascada por satán,
siendo todo este desorden de sentimientos y sentidos confusos,
una imagen surrealista del infierno aflorando de dos cuerpos, un enlace con el bien y el mal
[la pasión; el acto; y el amor]
reflejados en su mirada secreta, abierta a la [transp]inspiración que me quitá la piel,
mañana la sangre
y ayer el alma,
hoy, la extensión que me mantiene aquí,
esperándola venir,
para
estar
por
siempre en
[mi]