A la memoria de un lindo amor
bajo soles de azafranes
cayó cautivo el autor
de versos deliciosos en sus afanes.
Sin sol ni luna veinteañera
tus pupilas alegres festejabas
iluminando mi razón compañera
del que silenciosamente enamorabas.
Y esa playa la rodé mil veces
tras tu amor de flor encantada
el amor en las almas florece
como rosa del jardín enamorada.
Que recuerdos con tantos mensajeros
que florecen al soplo de la memoria
cuando se visten de pasajeros
en la razón crearon nuestra historia.