Joseph Octavius Moral Lope

El fin

Prevaleciendo a las horas

de no verte está mi corazón 

cada noche más sombrío.

A su lado están todas las esperanzas

abandonándole, ciegas a su encuentro.

Hay una solitaria luna siendo su espejo.

El único objeto que me ha dejado tu

abandono para compartir entre nosotros.

Es mi corazón una cosa vagamente triste.

Y es la noche otro mar más vasto, 

sin márgenes ni costas, donde cabe el mar

y todas mis inútiles melancolías

y las traicionadas formas de los sueños

ahora inalcanzables y cada cautela del jardín

y todas las ventanas que no darán con mi

felicidad que es tu clara presencia.

 

No hay rutas de este otro negro mar

que mi corazón pueda seguir para que

nuestras manos se junten.

Te haz perdido entre tantos ayeres que recrudecen

las sombras del olvido. Ese último polvo de las cosas.