Mucas veces uno se lo plantea,
Pero no se planta.
Muchas veces se planta,
Pero no se riega, ni se abona.
Muchas veces hasta se abona y riega,
Pero algo falta.
¿Qué es lo que nos falta,
O quizá nos sobra y no lo sabemos?
O si lo sabemos nos negamos o nos escondemos.
¿Por qué nos negamos o nos escondemos?
¿Dónde nos metemos cuando hacemos falta?
¿Por qué nos encerramos en nuestras carencias,
en nuestros temores,
en vez de compartir nuestro coraje y nuestra abundancia?
Son estos murmullos,
que se vuelven ruidos ensordecedores
cuando el sol declina, y se entra la tarde,
y se viene la noche sin luna ni estrellas...
y andamos tan solos...
por esos tortuos senderos del alma.