Son las 6 de la mañana, el sol entra por la ventana,
calentando las sàbanas, la claridad de un dìa radiante,
anuncia un bello amanecer.
- mamà, mamà, ¿donde esta mi traje de baño?
- mamà, mamà, ¿donde esta mi pelota?
- mamà, mamà, ¿donde esta mi Barbie?
- Calma niños, hoy es domingo, vamos a la montaña,
dispongan sus bolsos, mientras yo me encargo de la comida,
y la bebida, ya Elvìra y sus hijos, èstan esperando.
- Hola, niños suban, amiga ¿como amaneciste?
- ¡Feliz de compartir este dìa, contigo y los niños!,
he traìdo algunos bocadillos y helados, para los niños,
y tu y yo, beberemos un delicioso coktel .
- No se hable mas, hoy vamos a disfrutar del paseo.
Al llegar a la cumbre de la montaña, Aurora detuvo el auto
un momento, y les invito a disfrutar de la hermosa vista
que ofrece la imponente vegetación, parecìan gigantes
durmiendo, abrazados algunos por una ligera neblina,
un sordo silencio, inundo su alma de amor, mientras
a lo lejos se veìan un grupo de ciclistas.
Volvieron al auto, y entre risas y canciones infantiles
prosiguieron el camino, y a pocos minutos llegaron a su destino.
Los niños bajaron en carrera, y Elvìra exclamò:
- ¡amiga, llevemos todo hacìa aquel lado, cerca de la cascada,
en aquel caney, ¿te parece bien?
- mejor imposible amiga del alma.
- Ya viste los helechos, y aquellas orquìdeas, la verdad amiga,
esto es un paraìso, brindemos y dime, si te gusta el coktel.
- Una verdadera delicia.
- mamà, ¿donde esta el juego de Sospecha?
- en tu bolso, y secate antes un poco, con la toalla.
- Aurora, y hablando de sospecha, yo sospecho de Juan Carlos
- Elvìra, olvida eso por ahora, aun no estoy preparada,
- Amiga, hablando del rey de Roma, y el que se asoma.
Es Juan Carlos, con un grupo de amigos, todos vienen con
sus bicicletas, al verlas no puede evitar ,la cara sonrojada
por la sorpresa, se acerca a saludarlas.
- Hola, veo que disfrutan también de la montaña.
- Elvìra responde: - si querido mìo, ya veo que eran ustedes
los que vimos a lo lejos, en lo alto de la cumbre.
y la vida continua...
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