Estas letras son gotas que destilan del profundo sentimiento, vertiéndose en la oscura tinta de mi frágil pluma.
En silencio, alumbrado solo con la flama débil de una vela solitaria, que tímida se mueve con el compás del viento, medito, pienso, rumio.
Mi vida corre, cual río en plena, en el cause vivo de mi historia.
¡Cuánta agua ha pasado por mi puente existencial! Miro, admiro, suspiro.
Mientras escucho un piano solitario que lento desgrana sus notas nostálgicas, tratado de colmar cada rincón de mi habitación, siento correr mis lágrimas abundantes. Surcan mi cansado rostro, perdiéndose en mi barba gris, para luego dar un salgo al vacío, regando las rosas solitarias que nacen espontáneas en el terreno fértil de mi pecho amplio.
¡Oh dulce tortura que aprietas moderada mas firme, mi corazón ilusionado!
Siéntome cual guerrero después de la gran batalla. Cansado y agotado que solo desea dormir, dormir, quizás para siempre, con la satisfacción del deber cumplido. Versando hasta la última gota de sangre.
Momentos hay en que el temor me cubre, cual manta cálida, en una noche solitaria de invierno y me susurra palabras frías y desoladas.
Instantes en los cuales extiendo mis brazos y busco a tientas cual ciego abandonado, sin darse cuenta de estar tan cerca del infinito abismo. Solo la misericordia me impide caer al vacío.
Ilusiones vencidas se desprenden en cada suspiro. Lento vuelo emprenden hasta romperse en el pavimento tosco de mi presente. Hiriendo mi frágil planta en su pasar silencioso.
Caminar contra el viento, sabiendo, teniendo la certeza, de que la estrada se encuentra delante, aunque si se muestra imperceptible.
Seguir andando con una llama encendida dentro, que subsiste a pesar de la gélida tormenta.
Reír ahogando un grito con una sonrisa, para después cantar sofocando el llanto.
Antes de juzgarme mírame a través de mis letras y siente mis silencios.
Escruta en mis escritos y escudriña mis palabras.
Deja de lado tus creencias y escucha tu corazón.
Soy un simple mortal que ama y quiere ser amado.
Recuerda, que el amor, sea cual sea, no es pecado.