Este amor que se desborda,
en gratitud ocupa mi tiempo,
más que esperar de ti consuelo,
es tu mirada amorosa lo que quiero.
Bendición que puede salvar
con tus manos posadas en mi testo.
Jesús mío, que preciosa sangre derramaste,
ha curado mi angustia tu sustento,
y hecho fuertes mis débiles piernas
que flaquearon cuando las saetas
del dolor, las lastimaron.
¿Cómo podría con humildad no amarte,
si siempre estás tan cerca de mí
en los más oscuros momentos?.
Murmuran, dicen que miento,
porque amar a alguien no visible
a los ojos del mundo, puedo.
¿Quién sabe, si no Tú, lo que siento?
Tendrían que ayudar a cargar tu cruz
y caminar junto a ti el camino del tormento;
tendrían que imaginar verse en tu mirada
y escuchar tu voz en el profundo silencio.
Tendrían que desear posar sus labios
en tus pies y manos lastimadas
e imaginar el dulce privilegio de lavarlas
con lágrimas de arrepentimiento.
Tendrían que querer ser llamados
por su nombre, cuando Rey al fin
te presentes a tomar posesión de tu reino.
Tendrían que querer no mayor premio
que reconocer tu bondad, tu amor,
tu misericordia a los hombres otorgada.
Reconocer que no habrá en el infinito
mayor poder salvador que el que realizaste.
Querrían tener perfume caro y fino
para ungir tu cabeza y tu cuerpo
mas no para el calvario, sino para el reino.
Querrían verse en tu mirada reflejados
y desear no verse en ellos rechazados.
Desearían el consuelo de saber
que tienes el manto de gracia purificadora
para regresar al cielo de donde descienden.
MAVEL