Perseverante en mí, en mi piel podrida de ansiedad,
en mis ganas de morir o vivir, no sé, ganas de algo.
¿Siempre presente allí?, sí, pero siempre allí con sutil
indiferencia, con gran ímpetu de presencia eterna;
persistente a mi alrededor, presente en todo lo que
soy y en todo a lo que voy, en donde esté.
Magnifica creación, magnifico polvo de mi consecuencia
que resulta ser todo para mí por ahora, que resulta
ser mi cielo reflejado en esta mi tierra por ahora;
polvo que es parte de mi vida entrelazada a pequeñas
agonías, que me antecede en insignificantes
travesías bien escondidas en esta sangre mía,
hemos pasado buenos momentos a lo largo del suelo
y creo que de no ser polvo el que me acompaña
quien se atrevería a emprender tan sufrida hazaña.
Magnifica creación, magnifica compañía que me envuelve
llevándome al mismísimo centro de la duda idónea,
polvo que resultas ser todo para mi, para mis huesos
revueltos con preguntas, penas, miseria y algo más,
polvo que es parte de mi dolor entrecortado por lapsos
de intrépida vida misteriosa, fugaz, arrogante;
polvo que me antecede en el silencio, en la belleza, en la sabiduría,
en todo lo que no logro percibir de ningún modo.
Gracias polvo por siempre estar aquí de una u otra forma,
de no se por ti quién me haría escupir de vez en cuando
un pedazo de pulmón enviciado de repentina soledad.
Magnifica creación, magnifica colisión entre la mentira
y la locura, entre el deseo y la verdad, entre el amor y yo,
polvo resultas ser el reflejo incoherente de lo que no sé,
todo para mí, eso es lo que eres por ahora para mi ser,
para mi piel, para mis huesos, para lo que llaman
vida, vida jodida, pero al fin y al cabo mía por ahora;
polvo que es parte de mi mente, de mi pensar, de mi
teoría aún no como recuerdo, en sí de mi desordenada,
insípida y deforme vida que me posee, que poseo en mí.
Vida, polvo y deseo vehemente de saber, de volar, de amar.