SE TOMARON LO NUESTRO, SIN PREGUNTARNOS SI DEBÍAN
El egoísmo y la avaricia se chocan,
con las olas y la marea,
días de zozobra y miedo escondido,
llegan a una tierra hasta ahora divina.
Calentaste el hierro frío en las entrañas de los hijos del sol y del maíz,
usaste la cruz para traspasar corazones,
quemaste la conciencia y el alma,
encendiste una llama que hasta ahora esta prendida.
No te has ido de mis tierras, tus castillos aún tienen lumbre,
tu gente aún pisotea al pequeño e indefenso,
tu herencia resiste a hundirse en el volcán ardiente,
tus soldados han cambiado armaduras, por corbatas y trajes finos.
Tu creencia visitó nuestro continente,
sin anunciarse ni extrañar su desdicha abandonada,
con el ardor de la lujuria en las pupilas,
la codicia en el corazón y las manos,
Por casualidad conquistaste,
por suerte te enriqueciste,
por error confrontaste a los hijos del sol,
bautizaste por error nuestras ciudades y mares,
por necesidad y aventura torturaste,
por celo e ignorancia redujiste nuestros pueblos.
By Walter Trujillo Moreno, Septiembre 2009