Desde hace días que estoy mi amada,
soñandote por las noches, por los días,
imaginándote dormida sobre mi cama,
dejando restos de azabache y melancolías.
Me recuesto a tu lado, te observo allí tendida,
queriendo besar esos dulces labios de miel,
me voy acercando de a poco y al verte rendida,
decido pagar con caricias las deudas de mi piel.
Vas abriendo tus ojitos y siento como tus manos,
comienzan a recorrer los lugares prohibidos
y con besos voy cubriendo todos tus planos
y nuestros cuerpos de amor van quedando heridos.