Digo protesto Su Señoría
por timar al juez y al acusado;
Ni Atenea a los enamorados,
ni Afrodita a frías garantías.
Hay que decir que guarda las formas,
no permite halagos de los reos;
¿ Qué diosa hubo entre los aqueos
que congenie Bien, Belleza y Normas?
El laberinto de tribunales
esconde, astuto, ojos fatales
que a los villanos empalidecen...
Cristo! ¿Quién me quita de la mente
el seguir el raid del delincuente,
y así retornar al turno trece?