75.
EL LADRILLAZO
José iba en su nuevo y costoso carro, un Jaguar, a mucha velocidad. Iba un poco tarde para el trabajo. Su Jaguar rojo y brillante era una de sus mas preciadas posesiones. De repente un ladrillo se estrelló en la puerta trasera.
José frenó el carro y le dio marcha atrás hasta el lugar de donde había salido el ladrillo.
Se bajo del coche y vio a un niño en la acera. Se enfureció, lo agarró, lo sacudió y le gritó: \"¿Qué demonios andas haciendo? ¡Te va a costar caro lo que le hiciste a mi coche! ¿Por qué tiraste el ladrillo?\".
El niño, llorando, le contestó: \"Lo siento, señor, pero no sabía que hacer. Mi hermano se cayó de su silla de ruedas, esta lastimado y no lo puedo levantar yo solo. Nadie quería detenerse a ayudarme. entonces tuve que lanzar el ladrillo\".
José sintió un nudo en la garganta y fue levantar al joven a su silla de ruedas. Notó que las raspadas eran menores y que el pequeño no estaba en peligro.
Mientras el niño empujaba a su hermano en la silla de ruedas hacia su casa, José camino lentamente a su jaguar, pensando.
José nunca llevó el auto a reparar, dejo la puerta como estaba. Lo hizo a propósito para no olvidar que no debía ir por la vida tan a prisa y solo ser consciente de lo que pasa en su entorno cuando alguien tuviera que tirarle un ladrillo para llamar su atención.
¿Qué tal contigo?, ¿Has recibido algún ladrillazo ultimamente?