Blas Roa

Era un punto y aparte.

Era el fuerte de los bucare, la mala fama del aliento ajeno

era la luz a medio pelo, era la ternura de los alacranes.

Era la fuente de los manjares la sangre que mana el cuello,

era un casco, un naviero, era la curva de los mares. 

 

Era la cucaña pegada al cebo, era un pecoso sin lunares

era el cuenco del que cae el agua que negra del consuelo.

Era la boca que pide el beso, era la mejilla que se contrae

eres tu quien se las trae, eres yo, criminal confeso.

 

Era la lágrima sobre el cepo del matarife en los platanales.

Eras satélite de mis verdades, eras simbionte de mi nexo,

éramos jóvenes de aderezo, la gitanita que muere tarde

la lluvia que cala y arde, la luna que cruza el cielo. 

 

Blas roa