Si todos llegan al punto donde nada tiene importancia.
Si todos llegan al punto de subirse al autobús y no importar el lugar para bajar.
Si todos llegan al punto de no querer despertar más.
Si todos llegan al punto de no importarles lo que comen o que no comen.
Si todos llegan al punto donde no les importa quedarse remótamente solos o en medio de un pandemonio.
Si todos llegan a casa con ganas de no ver a nadie más, encerrarse en su cuarto, acostarse y con la música a todo volumen a través de los audífonos para no escuchar a nadie.
Si todos llegan al punto de vivir muertos.
Si todos llegan al punto de planear su suicidio.
Si todos llegan a quebrarse. Como yo