Cual ave tierna espantada de su nido
Buscó la ruta de sureñas golondrinas;
Alzo el vuelo precoz, mido el horizonte,
Voy emprendiendo confiado tu camino
Al cantar vespertino de un cenzontle.
Ningún ladrón me saqueará la vida,
Ni rey violento se alzará en mi juicio
Porque tengo la anuencia del Divino,
Fue bondadoso, a nuestro amor propicio,
Al permitir cruzar nuestros caminos.
Has tendido el tapiz sobre tu mesa
Y has calcado con el tinte de tus venas,
Borrando con tu amor toda impureza
Vas maquillando cicatrices de otras penas,
Colmando mi alma con la luz de tu belleza.
Ya no más seré aquel grano mancillado,
Sino pan sobre el tiesto de tu mesa,
Tus ayunos tendrán su recompensa,
Adornada de oro fino tu cabeza
De un amor que te llamó princesa-reina.
Si adorarte me nació del alma,
Al prendarse mi ser de tu hermosura,
Y al no ser solo tu piel lo que me inflama
Sino el bien que disgregas con ternura;
En canciones de amor... mi voz te clama.
(VOZDETRUENO)
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