¿Es pecado sentir
el recuerdo de tu aroma?
Mas si pecar es vivir,
condene Dios mi persona,
pues yo deseo morir
a renunciar a tu boca,
a tu mirada en la noche,
a tus suspiros profundos.
Acaso pecar es vivir,
y aprovechar los segundos
de tu piel junto a la mía,
de nuestros cuerpos desnudos;
de hacer que sea la vida...
un instante de otro mundo.