Castilla vieja, peregrina y santa,
la que algunos ahora dan por muerta,
de yermos y de páramos, desierta,
de iglesias y de ermitas sacrosanta.
Tierra reseca, sofocante y fría,
beoda de sol, de lágrimas sedienta,
reina pía trocada en asistenta
de los que fueron súbditos un día.
Castilla fiel, repleta de pinares,
donde antaño sembraban labradores,
de ganado, rebaños y pastores,
la tierra de regachos y hontanares.
Hoy, robado el mar, no puedes navegar,
te has quedado sin barcos ni veleros,
y hasta ya no precisas los aperos
para en tus surcos austeros naufragar.
Castilla lóbrega, cual vino tinto,
pintada de lagares y bodegas,
medida en celemines y fanegas
y gentes de pelaje variopinto.
Forjadora de sueños a empujones,
creadora de mitos y de artistas,
hoy te observo a través de tus aristas
como ejemplo a imitar de otras regiones.
Castilla con la espiga al sol dorada
el humilde lugar de mis mayores,
tan lejos ahora ya de mis amores,
fuiste mi hogar y hoy sólo eres posada.
©donaciano bueno.
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