Marner

No te prometo

Yo no prometo darte una vida como las que los cuentos pintan, tampoco un amor como de película, no, yo en verdad te ofrezco algo verdadero, real.

 

Soy de promesas, los juramentos no valen nada, pero las sonrisas, esas son la riqueza de la vida.  Y a mí, a mí me encantaría hacerte sonreír, por qué sabes, después de todo el amor no es tan malo, lo malo es la gente que pretende idealizarlo.

El amor no es constante alegría, ni constante tristeza, sino más bien es una montaña rusa,

a veces está arriba y otras, le toca estar abajo.

 

Te confieso que hay días en los que deseo tanto amar, llenarme de alguien, dejarme ir.

Yo no prometo nada, pero si sé que todo sería distinto, que si la monotonía es mala, las sorpresas también, que si hoy te quiero, mañana  te odiaré, pero del odio  bueno, del que es resultado del amor.

 

No, yo no te prometo algo conocido, en verdad quiero algo distinto, algo que tenga su toque de originalidad, eso que sea siempre una llama constante, un recuerdo nítido que sin darte cuenta permanezca siempre a lo lejos de una pintura.

Una suave brisa tropical que se pierda en una montaña de aventuras, una gota de lluvia que caiga en el río de los sueños. Yo no tengo alas, pero si tú las quieres, podría inventármelas para volar más allá del cielo, junto  a ti, sin límites, ni tiempo.

 

Confieso que he tenido unas ganas locas de besar unos labios, de correr bajo la lluvia, de tatuarme sus manos, estas ganas locas de escribirme una vida,  de caminar sin prisas, parando en cada estación de un cuerpo, de un parque, de un mundo.

De ese mundo que yo sería  capaz de construir  para  ti y para mí,

pero ya sé que esto es absurdo, porque cuando yo quiero entregarme tal como soy, nadie más quiere y cuando  no quiero, si quieren.

 

No, yo no ofrezco algo que no pueda dar, a mí me gusta dejar las cosas bien en claro, y si es juego,  lo digo y si va en serio, lo callo. Soy de pocas palabras  pues en boca cerrada no entran moscas, y las moscas hacen heder el perfume del perfumista, y yo, yo tengo tantas fragancias para brindar, pero me basta si tú, por una razón que no sé si comprenderé me dijeras que quieres intentarlo…

Pero recuerda: yo no prometo nada;  nada de vidas idealizadas, nada de sueños de hadas, a mí me gusta la realidad, pues esa, es la verdadera vida.