Valió la pena aprender
que 100 años no alcanzan a ser
lo que uno quiso ser:
Doctor en letras o simplemente
sin querer ser, SER
en una palabra cierta
detrás de esa otra puerta
ser un miserable.
Partir desde la tierra
a la guerra del querer
apuntar entre esas dos piernas de mujer
y acertar sin importar el aprendizaje,
morir así, perecer,
un poco fuera de foco a su margen
de febríl escalofríos
y ella con otro tío,
otro tiro.
Verla dormir sin mucho más que hacer
ni que decir
Costó lo que me dio dolor
el reloj sin detener
y así pasó de largo el sol
y el anochecer nos encontró
con esa imagen de pertenecer
a otro y a su lado ser.
{{{ Ver a un gato y enamorarse }}}