Por este camino lleno de arboles
me pierdo y me encuentro a medias contigo.
Te pareces al color de los más felices sueños
y tienes una sonrisa anestésica de mis ansias…
Tu fragancia no la encuentro en las realidades,
estoy seguro que aunque no siento tu cuerpo
Asemejándolo a un rose de piel suave, no eres de aire.
En estos tiempos a solas con la naturaleza
me doy cuenta que siempre me alcanzas
cual si aquí tu hubiese hallado aquel día
cuando con muda palabra me rayo tu letra la mirada.
Entre preguntas que no me sabes responder
entiendo el lenguaje que me expresa tu rostro
y rendido a tu especial luz que irradia tu figura
navego sin moverme a rincones de la luna.
Se ha desvanecido el contacto, y detuvieron las vitales caricias, pero te sigo mirando recostada… cual cordillera en los bordes de mi tierra. Solo he sabido dibujarte con mis letras, y colocarte ese movimiento en que danza un verso melancólico, sin retrasos de alegrías. Los días en este momento ya no conocen de noches, aunque no pueden dormir, como abrazados de un astro sus mejías esconden… no quieren denotar enrojecimiento y pálido pigmento que carece por tu ausencia.