Quiero el exilio de la verdad amurallada.
Un segundo de respiro para mí
Para el mundo.
Puse las luces de parqueo
Espere por mi rescate
Entre los ángeles vino un demonio.
Desde entonces pienso
En esa gota de cianuro en el océano
En esa diminuta porción de odio en la bondad
La posibilidad tan escasa que la luz se agote
Que la oscuridad se convierta en materia.
El frío
ya no sea la ausencia de calor
sea la ausencia de todo.
No me corresponde balancear el mundo
O entender la reproducción de la maldad
No me toca medir el horizonte
O la profundidad de lo intangible
No me queda ser biólogo marino
Físico cuántico.
El amor se enfría
La soledad es una pandemia que viaja sin fronteras
No tengo palabras finales
Porque simplemente no tengo palabras.
Quiero el exilio de la verdad amurallada
Un segundo de respiro para mí
Para el mundo.