Debe ser que ahora me sobra el tiempo
que ya los frutos se cayeron de las ramas
y no hay que andar tan pendiente de la cama
que solo escucha de mañana mis lamentos.
Tal vez estoy algo extenuada
de hablar con el papel dia con día
cansada de escribir tanta poesía
sin que nadie escuche mis palabras.
Déjame contarte, Luna, mis historias
para así tenerlas frescas en mi mente
no sea que tenga tan mala suerte
de perderlas algún día de mi memoria.
¿Te cuento de mi barrio y de su gente?
¿De cómo viví la juventud entre canciones,
de los cuadros que pinté, de los colores?.
¿De los sueños que logré, de mis amores
o del vacío que dejaron mis padres tras su muerte?
Sí. Te cuento que una vez siendo yo hermosa
se me acercó aquél hombre tan apuesto...
No cuentes más _ le dijo Luna_ ya me conozco el resto...