Marquez nunca amó y sufrió cien años de soledad,
Yo llevo apenas unas horas, y ya no aguanto esta burda sobriedad,
Camino entre mi cuarto y su desorden,
Divago entre lo vago del alcohol,
Me he intentado escribir algo,
Más solo atino a desear un revolcón;
La noche asoma sobre las cabezas,
El sol se oculta por temor,
Se viene ya la luna y su desaire,
Se viene nuevamente,
Tu pobre desazón…
Jamás he podido descifrarte,
Y no he podido abandonarte sin alcohol.
(Para los que escriben acompañados de una copa)
PAZ.