Hay males conque uno sufre y uno no quiere;
como éste, de amor que te pega repentino,
sin esperarlo,
como esa lluvia que sorprende
en su presentación, con vientos, fría y arrolladora.
O como aquel río… sin preaviso de su creciente,
de su aumento en velocidad, irrespetuosa en su recorrido
e imponente en su fuerza devastadora.
Hay males… visitadores sin invitación,
castigadores en sus llegadas,
quebrantadores de los sentimientos;
hay males, tan malos, que no los detiene nada.
Hay males incurables,
benditos en su maldición,
como una enfermedad decidida
a maltratar y acabarte.
Hay males que nunca buscas,
pero te encuentran,
males que al evadir caes en ellos,
hay males que ignoran tu dolor
y te torturan con esa gallardía
en la que te son sinceros.
Hay males…, como éste amor
que en la más unida cercanía
jamás se llega a un encuentro…
Como éste mal de amor por ti…
como éste amor…
que por ti siento…
A.Maestre