Educadores que dejan huellas
que van más allá
de brindar conocimientos
que antes de educar
se preocupan
por entender y aprender
de cada uno de sus estudiantes
que la vocación de ser docentes
tiene retos que asumen
en un salón de clase
grabar los rostros de más de 150 jóvenes
aprender sus nombres
conocer sus actitudes,
que intentan a diario
no solo de formar
seres profesionales y exitosos
sino seres valiosos.
Educadores que dejan huellas
porque día tras día
se fortalecen de paciencia
como cuando se siembra una semilla
que riegan a diario no solo con conocimientos
sino con amor y sabiduría
la planta, que crece
convertida en árbol,
para luego dar sus frutos.