GuillermoO

Conocer Roma

Moriré sin conocer Roma,

ni tus ojos azules mirándome,

ni tus piernas breves.

Moriré sin conocer Passano,

el pueblo de abuelo

que trajo aquí trabajo y nostalgia;

parecida a la que tengo cuando pienso

que pudimos estar cerca, tú y yo,

queriéndonos amar,

aun sin conocer Roma.

Demasiada vieja mi edad

para esperar logros.

Ni tú ni Roma.

Yo sólo abro memorias en mi pecho.

 

G.C.

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