Son besos los que desnudan la piel, que acarician los gemidos
Entre vos y voz, se caen los gritos contraidos retumbando los silencios
Presa de deseos, con la mirada cansada carcomida entre orgasmos
Eramos uno, jugando entre infierno y paraíso
Se afloraban las pieles, entre ríos de placer
Tu, yo, la cama, sin testigos mas que los amantes muertos
De historias sacudidas, por el polvo
Mirando al cielo, mis manos eran cuerdas en tu espalda
Arrancaba uno a uno, pétalos disfrazados de placer
Gritaban lujuria, tus muslos mientras nuestros huesos se acariciaban
Resucitabamos en segundos
el placer se apago, con fuego entre tus piernas
Eramos dos
-otra vez-