¡Oh Señor, mi rendidión es mi victoria!
Pues perdiendo mi existencia es mi ganancia.
Así soy Uno contigo, mi gran Dios,
y retornaré a la dicha, que es mi hogar.
Tú ves al que se transforma en lo divino,
el río de la vida en todos los seres,
la luz irradiante de todas las cosas,
¡Dios, en todas las formas del universo!