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Bajó a la orilla del río
a beber el agua fresca.
Los torrentes del abismo
empapaban la sequedad
de su alma.
Era una estrella de luz,
con destellos de armonía
de movimientos perfectos,
arco iris de templanza,
balada de fantasía.
Las sombras del agua clara,
la mojaban sin querer;
tirabuzones del viento,
el corazón va sintiendo
los latidos del placer.
Era una estrella de luz,
en una tarde apacible;
donde el silencio no duerme,
observando impávido
la hermosura de la estrella
golpeando el agua clara.
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