A ese tipo, pringao, de medio pelo
que se cree un gallito de pelea,
mirando siempre abajo cuando mea,
orgulloso que está de ese consuelo
y esperando feliz que alguien le vea.
A ese falso, chulo desvergonzado
que empujando va siempre a donde acude
deseando que alguno le desnude,
mirando de reojo a cada lado
y que haya alguien, se acerque y le salude.
A ese tipo tan fatuo y presumido
que siempre alardeando de canalla,
-si de mente hay que hablar no da la talla-,
va perdonando vidas, que fingido
no sabe a dónde va, donde se halla.
Cual verso que naciera ya podrido
él, que nunca valió para estrambote,
-si hay riesgo acabará dándose el bote-
nunca sivió de roto a un descosido,
de alquiler, un tonto es de capirote.
©donaciano bueno.